Gata.
Cargado originalmente por Rigoberto Gonzáles
“Este ají picante es rojo –pensó el príncipe-. Rojo, como la sangre. ¿Cómo será mi sangre? -se cuestionaba-. Debería ser azul, pero es roja. ¿Será picante como ésta? No, esa sería sangre plebeya. La mía –razonó coqueto- debe ser dulcecita”.

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