Camionero

Acá, en la esquina, vive un camionero. A cada rato uno lo puede ver arreglando su camión, que casi siempre tiene problemas con las ruedas, entonces tiene que ponerle como unos pedazos de cemento abajo para sacar las ruedas sin que el camión quede en el suelo. Una vez, hace años, el camionero se equivocó (las malas lenguas dicen que venía borracho) y se metió a la calle con la parte de atrás del camión, ese recipiente gigante que andan trayendo, levantada, y agarró los cables de la luz, del Internet y tanta weá como pilló, botando varios postes y sacándole a mi casa unas tablas del segundo piso, esas donde están puestos los cables que nos conectan con el mundo. \ A mí en general me da pena pensar que el caballero tiene ese camión tan malo, si es su herramienta de trabajo, y se pasa horas y horas arreglándolo, poniéndoles piezas y tratando de encenderlo. Mi hermano, en todo caso, cree que el hombre no es camionero sino mecánico, y asegura que el camión va cambiando, que no es siempre el mismo camión, que le llegan camiones malos y que el viejo los convierte en camiones buenos. En todo caso igual me da pena el viejo. Y cuando grande, algún día, quiero ser camionero.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

mono este post es un cuento precioso, me gustó mucho

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