Me he fijado que para escribir filosofía, hay que leer filosofía. Para escribir historia, hay que leer historia. Para estudiar el universo, hay que aprender matemáticas. Para enseñar biología, hay que saber química. Para ser abogado hay que estudiar leyes, y para ser médico, medicina.
Resulta que para proponer un nuevo concepto de “espacio público” tengo que haber leído a Jurgen Habermas, y para calcular la altura de un árbol, teniendo sólo la distancia a la que estoy de él y el ángulo que dibujan dos líneas imaginarias que, partiendo de un mismo punto, van hacia la copa del árbol y a la base de éste, tengo que conocer los teoremas trigonométricos inventados por un griego, cuyo nombre no recuerdo, hace más de dos mil años.
¿Acaso un hombre no puede conocer el mundo por sí solo? ¿Es que necesitamos irremediablemente a otros hombres para entender lo que nos rodea?
Parece que sí.
Qué desgracia.
3 comentarios:
O así nos dicen... pero tanto nos dicen. De seguir el canon, Gaudí (a quien no aceptaron en ninguna escuela de arquitectura de europa) no habría logrado sentar el canon... y con canon y canon vamos volviendo otro lo que alguna vez fue alguien.
Estai loco.
Para aprender filosofía necesitai pasarte a caca. Para escribir historia necesitai envejecer. Para estudiar el universo necesitas fumar skunk. Para enseñar biología hay que ser zoofílico, o en su defecto, ecologista. Para ser abogado hay que ser estúpido y para ser médico, machismo (de machi).
Lo de espacio público te lo concedo, y para calcular la altura de un árbol necesitas, primero que todo, tener la intención comercial de querer derribarlo y convertirlo en madera.
El mundo ya lo conocemos, la weá es cambiarlo.
Ni habermas, ni Pitágoras, ni Euclides, ninguno nos puede ayudar a entender lo que nos rodea...
Nos hacen creer que si
Nos hacen creerlos indispensables....
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